detencion

Detención

Parar quiere decir detener e impedir el movimiento o acción de algo o alguien, y también detenerse o suspender la ejecución de un designio por algún obstáculo o reparo que se presenta. Antes de que la actuación que llevamos adelante se empantane es propicio detenerse.

En el Mandala de las Emociones la agitación pertenece a la familia de los deseos. La detención y la agitación son dos hermanas con caminos antagónicos en cuanto a la resolución de la incertidumbre. La contracara de la detención es la opinión. En este caso la opinión se origina por el exceso de detención que conduce a la verborragia. Se gasta más tiempo y energías en opinar de los problemas que en afrontarlos.

Las emociones se encuentran en equilibrio o no. Esto depende del modo, la ocasión y la duración de la emoción. La detención cuando es equilibrada lleva al éxito, pero, cuando es excesiva o deficiente, lleva al fracaso.

Cuando la detención es excesiva:

El secreto de no hacerse fastidioso consiste en saber cuando detenerse.

Lo vives todo como si fuera una carrera de obstáculos.

Si levantas un muro, piensa en lo que queda fuera.

No permitas que el orgullo se infle ante las dificultades que tuviste que superar.

La vida como un pez de acuario, bien protegida en la pecera, tras una barrera tan impenetrable como transparente.

Lo que hace insoluble la mayor parte de los problemas no es la dificultad del problema, sino nuestra sensación de pequeñez en el momento de hacerle frente.

Cuando la detención es deficiente:

Es imposible ir hacia adelante y mirar hacia atrás; quien vive en el pasado no puede avanzar.

Si tienes miedo, no puedes avanzar.

Abordar el obstáculo, no chocando contra él, sino tomándose siempre una distancia frente a él, al percibir un intervalo entre él y la inminencia del obstáculo.

Las cosas que dependen de nosotros son por naturaleza libres, nada puede detenerlas, ni obstaculizarlas; las que no dependen de nosotros son débiles, esclavas, dependientes, sujetas a mil obstáculos y a mil inconvenientes, y enteramente ajenas.

Haciéndose amigo de los obstáculos, ellos se transforman en un trampolín.

El hombre es un niño que ha dedicado toda la vida a limitarse, a verse limitado y a aceptarse limitado.

Excusamos nuestra pereza, so pretexto de la dificultad.

¿Qué es una evasión ? Una manera de escapar de una dificultad sin satisfacer la curiosidad impertinente.

Cuando la detención es equilibrada:

Saber cuando detenerse o continuar es la clave del éxito.

El individuo se descubre a sí mismo cuando se enfrenta a los obstáculos.

Las mejores relaciones se establecen cuando uno quiere que perduren a pesar de conocer los obstáculos.

Cuanto más se dividen los obstáculos son más fáciles de vencer.

Los obstáculos no son más que un condimento del triunfo.

Los obstáculos y las dificultades proporcionan intensidad a la vida.

Ordena tus problemas y dificultades. Así tendrás una parte de la solución. Lo que falta vendrá con mayor seguridad y menor dificultad.

Las dificultades y los retrasos son grandes, y sólo pueden ser superados por la paciencia.

No hay por qué desesperarse si se tiene la conciencia exacta, crítica, de los problemas, de las dificultades y hasta de los peligros que se deben enfrentar.

Convierte tu muro en un peldaño.

Con los objetivos a la vista todo mi espíritu funciona como un gran muro de contención.

Ambos vimos algo que nos gustaba, una voluntad de no levantar muros entre nosotros.

La clave está en asociar todo, no censurarse y permitirse todo. Muchas de las ideas quizás van a parecer tontas, imposibles de implementar y sin embargo hay que romper esa barrera.

Cuando estás ante una dificultad, estás a punto de realizar un descubrimiento.

La serenidad es la capacidad de mantener centrada tu atención, en medio de la dificultad.

Lo fácil se ha de emprender como dificultoso, y lo dificultoso como fácil.

No puede impedirse el viento. Pero pueden construirse molinos.

Sepa parar bien y a tiempo, que lo más dificultoso del andar es parar.

Las frases de este artículo se encuentran distribuidas a lo largo del Oráculo del Alma.

Autor: Adrián Casasnovas ©