razon

Razón

La razón es el acto de discurrir el entendimiento. Dice Aristóteles: Lo propio del ser humano será el acto acorde a la razón.

La razón es el producto más simple del entendimiento. Así como la intuición es el acto más simple del entendimiento . No hay saber sin discernimiento, que es la facultad de discernir o distinguir entre las varias ideas que la mente tiene.

En el Mandala de las Emociones la razón pertenece a la familia de las virtudes.

El buen ejercicio de la virtud nos lleva a la felicidad, el mal ejercicio de la virtud a la pérdida de la felicidad. Esto depende del modo, la ocasión y la duración de la emoción.

Cuando la razón lleva a la felicidad:

En todas las épocas hay personas que no piensan como los demás. Es decir, que no piensan como los que no piensan.

El saber es, pues, la conciencia abstracta, el fijar en conceptos de la razón lo conocido de otro modo.

Es a fuerza de observación y reflexión que uno encuentra un camino.

La razón puede advertirnos sobre lo que conviene evitar. Nada hay de malo en apartarse y reflexionar.

En la razón sólo entraran las dudas que tengan llave.

Descansa en la razón, ábrete al deseo.

Descontadas todas las hipótesis imposibles, lo que resta, sea lo que sea, y por improbable que parezca, debe ser lo único verdadero.

Dos elementos son necesarios para formar una verdad: un hecho y una abstracción.

Ser racional es poder dar razones de los que uno es y hace: saber cuáles son los propios fines y adecuar a esos fines los medios justos.

La razón es la facultad para aceptar un objeto y huir de otro en función del placer o del dolor que de ellos puedo recibir.

Escucha con la cabeza, pero deja hablar al corazón.

La razón debe conocer la razón del corazón y todas las demás razones.

¿Cómo apareció la razón en el mundo? De un modo irracional, como debía ser: por virtud del azar.

Pienso, luego existo.

La razón es una antorcha que alumbra todo ser espiritual, que da colorido e ilumina a las operaciones del alma.

Si quieres dominar todo, domina primero a tu propia razón.

No desdeñes nunca las ideas imaginativas. A ellas se llega sólo después de mucho pensamiento, de mucha reflexión y mucho estudio, y de notable atrevimiento.

El tiempo de la reflexión, es una economía de tiempo.

Uno debe cultivar la fina cualidad del discernimiento que va junto con el coraje y el carácter espirituales.

Es feliz el que tiene un juicio recto; aquel para quien la razón da valor a todas las cosas de su vida.

Conserva celosamente tu derecho a reflexionar, porque incluso el hecho de pensar erróneamente es mejor que no pensar en absoluto.

Solo una mente educada puede entender un pensamiento diferente al suyo, sin necesidad de aceptarlo.

Poca observación y mucho razonamiento puede inducir a error; muchas observaciones y un poco de razonamiento a la verdad.

El verdadero conocimiento no se aprende, se llega a él mediante conclusiones propias.

Sería absurdo que nosotros, que somos finitos, tratásemos de determinar las cosas infinitas.

Cuando la razón lleva a la infelicidad:

Si realmente reflexionas, todo es maravilloso en este mundo, todo, excepto nuestros pensamientos y acciones cuando nos olvidamos de reflexionar.

Falta de conocimiento acerca de todos los factores y el hecho de no incluirlos en nuestro razonamiento impone falsas conclusiones.

Cuando estás fascinado por una idea, el pensamiento se vuelve recurrente.

Quien piensa poco, se equivoca mucho.

La razón no puede dar respuesta a todo, y esto es evidente y doloroso.

Si uno no cambia, no evoluciona y termina por dejar de pensar.

El agua que no corre hace un pantano; la mente que no trabaja hace un tonto.

Quien no ha parecido un tonto por amor es porque no lo conoció.

Pasión sin reflexión, podría convertirse en mal consejero.

Dos excesos: excluir la razón, no admitir más que la razón.

No subas tan alto, pensamiento loco, que el que más alto sube más hondo cae.

Cada vez que te encuentres del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar.

Los prejuicios son la razón de los tontos.

A menudo nuestro cerebro racionaliza los pensamientos automáticos y los presenta como el fruto de un razonamiento elaborado.

El hombre es más razonador que razonable.

La respuesta absurda se distingue de la errónea en que no procede de ningún intento de razonamiento.

Las frases de este artículo se encuentran distribuidas a lo largo del Oráculo del Alma.

Autor: Adrián Casasnovas ©