Producción
Las virtudes del ser son la acción y la producción. Producción hace referencia al objeto producido. No al acto sino al producto del acto. Producir, por su parte, se asocia con las ideas de fructificar, procrear y fabricar.
El producto más simple del entendimiento es la razón. Así como la intuición es el acto más simple del entendimiento.
En el Mandala de las Emociones la producción pertenece a la familia de las virtudes.
El buen ejercicio de la virtud nos lleva a la felicidad, el mal ejercicio de la virtud a la pérdida de la felicidad. Esto depende del modo, la ocasión y la duración de la emoción.
Cuando la producción lleva a la felicidad:
La mente sana es el producto del cuerpo sano.
Las ideas iluminan; los hechos emancipan.
Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos.
La semilla se aleja del árbol que la engendró.
Después de la cosecha de arroz el espantapájaros no es el mismo.
Cada día más nuestras peticiones se convierten en hechos, nos convertimos en lo que más deseamos ser.
Lo importante no es cuántos talentos uno recibió, sino la capacidad de dar frutos con lo poco o mucho que tenemos.
Sólo el trabajo que es producto de una compulsión interna puede tener significado espiritual.
Los hechos son nuestra verdadera arma contra las supersticiones.
En tiempo de siembra, aprende; en tiempo de cosecha, enseña: en invierno, goza.
Negocios hechos con diligencia,buenos negocios; negocios hechos con apresuramiento, malos negocios.
La felicidad es el final perfecto y fruto de la obediencia a las leyes de la vida.
El que agradece lo que recibe, da a luz una abundante cosecha.
El día afortunado es como un día de cosecha; en cuanto el trigo está en sazón, hay que apresurarse a recogerlo.
Procura que donde estés haya ese buen humor, esa alegría, que es fruto de la vida interior.
No hay cosa más honrosa ni alegre en la vida, que dejar memoria de tus dichos y hechos en los que deseas que te recuerden.
Yendo a mirarlas, las flores del cerezo en la noche se han convertido en fruto.
La felicidad no es un objetivo, sino que es un producto.
Conoce primero los hechos y luego distorsiónalos cuanto quieras.
La felicidad consiste en poner de acuerdo tus pensamientos, tus palabras y tus hechos.
Es menester que cada uno encuentre en sí mismo la razón de su vida, de su fuerza, de su acción. Las ideas iluminan; los hechos emancipan.
Genio es aquel que sabe interpretar los hechos y generar nuevos pensamientos.
El verdadero heroísmo está en transformar los hechos en nuevas realidades.
No nos cansemos de obrar el bien; que a su tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos.
Los amigos ciertos son los probados en hechos.
Llorar, si; pero llorar de pie, trabajando; vale más sembrar una cosecha nueva que llorar por la que se perdió.
Cuando la producción lleva a la infelicidad:
Aquellos que no aprenden de los hechos desagradables de la vida fuerzan a la conciencia cósmica a que los reproduzca tantas veces como sea necesario para aprender lo que enseña el drama de lo sucedido.
Los hechos no dejan de existir aunque se los ignore.
Como el suelo, por más rico que sea, no puede dar fruto si no se cultiva. La mente sin cultivo tampoco puede producir.
El sufrimiento se origina en la forma en que tu mente responde y reacciona a los hechos de la vida, no en los mismos hechos de la vida.
Quien siembra con mezquindad, cosechará también con mezquindad.
El hombre que produce mientras los demás disponen de su producto es un esclavo.
¿Para qué hacer cosas de las que luego tendrás que arrepentirte? Haz sólo lo que esté bien, aquello cuyos dulces frutos recogerás con alegría.
Construimos demasiados muros y no suficientes puentes.
Quién siembra odio, cosecha armas.
Un fracaso en amor es como una misión cumplida. Los corazones están hechos para ser rotos.
Más hechos, y menos golpes de pecho.
El que siembra vientos, cosecha tempestades.
El prejuicio es un gran ahorro de tiempo. Puede formarse una opinión sin tener que conocer los hechos.
Si hay faena excesiva, hay mala cosecha.
De todos los hechos culpables ninguno tan grande como el de aquellos que, cuando más nos están engañando, tratan de aparentar bondad.
La desmesura al madurar grana en la espiga del error, y la cosecha que se recoge sólo consiste en lágrimas.
Cuando atrasamos la cosecha, los frutos se pudren, pero cuando atrasamos los problemas, no paran de crecer.
Las frases de este artículo se encuentran distribuidas a lo largo del Oráculo del Alma.
Autor: Adrián Casasnovas ©