memoria

Memoria

Según Platón la memoria es la facultad del recordar sensible, la retención de las impresiones y de las percepciones. La capacidad intrínseca que facilita las propiedades predictivas del cerebro. Es por decirlo así nuestra agenda vital de datos y emociones. Gracias a la memoria se da lo que se llama experiencia.

En el Mandala de las Emociones el complemento de la memoria es el hábito. En el alma bienestar y malestar están relacionados con las sensaciones del cuerpo.

Cuando la memoria lleva al bienestar:

El cultivo de la memoria es tan necesario como el alimento para el cuerpo.

No perdamos nada del pasado. Sólo con el pasado se forma el porvenir.

Ni venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón.

La experiencia es una de las causas del éxito o fracaso. No sufrimos el impacto de nuestras experiencias, llamadas traumas, sino que las adaptamos a nuestros propósitos.

Para que una relación sea realmente interesante, es preciso que haya memoria y deseo. El pasado está escrito en la memoria y el futuro está presente en el deseo.

Quien dice siempre la verdad puede permitirse tener mala memoria.

La memoria es selectiva y tiende a borrar las partes duras, va armando un recuerdo basado sólo en lo más dulce... Pero hay que tratar de ser honesto.

El recuerdo permite muchas licencias poéticas. Omite algunos detalles, otros se exageran.

Poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces.

Recordar: Del latín Re - Cordis, volver a pasar por el corazón.

El agradecimiento es la memoria del corazón.

Caminante son tus huellas el camino y nada más. Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

La imaginación está hecha de convenciones de la memoria. Si yo no tuviera memoria no podría imaginar.

Hay momentos en que te olvidas de tí, y también de lo que eres.

Es sano desatascar la memoria y terminar de hacer las paces con todo lo que quedó atrás.

Finalmente, debes olvidar las técnicas. Cuanto más progresas, menos enseñanzas hay. El Gran Sendero verdaderamente es un No Sendero.

Lo que importa no es cultivar la memoria, sino despertar el espíritu crítico y el análisis.

Tu pasado te forma, te guste o no. Cada encuentro y experiencia tiene su propio efecto.

Saber olvidar: más es dicha que arte. Las cosas que son más para olvidarlas son las más recordadas.

No se puede deshacer el pasado, pero ciertamente puedes no repetirlo.

Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.

Cuando la memoria lleva al malestar:

Quien no tiene memoria, se hace una de papel.

Entre los fenómenos de la conciencia, el mecanismo de la memoria es el más temible y misterioso.

Nada graba tan fijamente en nuestra memoria alguna cosa como el deseo de olvidarla.

Es lo mismo que esperar el pasado... El tiempo y los ríos no corren para atrás.

No tenga miedo de su pasado. Aprende de él y potencie su presente.

Hay olvidos que queman y hay memorias que engrandecen.

Lo que acabas recordando no es siempre lo mismo que lo que has presenciado.

Ciertos recuerdos, por muy irrelevantes que sean, a veces resultan grandes impedimentos.

No hay lugar en el olvido para el amor perdido.

No importa cuán maravillosas hayan sido las cosas, no podemos vivir en el pasado.

Traumas de la infancia, al fin y al cabo es lo que somos cada uno de nosotros.

Los recuerdos que uno entierra en el silencio son los que no dejan de perseguirte.

Si no quieres repetir el pasado, estúdialo.

Surmenage. Por exceso de uso se satura la memoria.

Las frases de este artículo se encuentran distribuidas a lo largo del Oráculo del Alma.

Autor: Adrián Casasnovas ©