curiosidad

Curiosidad

La curiosidad es cualquier comportamiento inquisitivo natural, evidente por la observación en muchas especies animales, y es el aspecto emocional en seres vivos que engendra la exploración, la investigación.

En el Mandala de las Emociones el complemento de la curiosidad es la admiración. En el alma bienestar y malestar están relacionados con las sensaciones del cuerpo.

Cuando la curiosidad lleva al bienestar:

Lo que ayuda realmente es tener una gran capacidad de observación y una curiosidad por las personas y las situaciones.

No tengo talentos especiales. Solo soy apasionadamente curioso.

La persona curiosa siempre tiene nuevos interrogantes que lo movilizan al oasis del conocimiento.

La curiosidad es una de las más permanentes y seguras características de una vigorosa inteligencia.

La curiosidad es, en las almas grandes y nobles, la primera pasión y la última.

La curiosidad intelectual es la negación de todos los dogmas y la fuerza motriz del libre examen.

Un sutil pensamiento erróneo puede dar lugar a una indagación fructífera que revela verdades de gran valor.

Hay personas silenciosas que son mucho más interesantes que los mejores oradores.

La curiosidad es insubordinación en su más pura forma.

Cuando descubres lo que te gusta, realmente estás descubriéndote a ti mismo.

Al avanzar en el descubrimiento de lo desconocido, el sabio se parece al viajero que alcanza cimas cada vez más altas, desde las que su vista percibe nuevas e incesantes extensiones que explorar.

No debemos dejar de explorar. Y al final de nuestras exploraciones llegaremos al lugar del que partimos, y lo conoceremos por primera vez.

En el campo de la investigación el azar no favorece más que a los espíritus preparados.

Si supiese qué es lo que estoy haciendo, no le llamaría investigación, ¿verdad?

Es de importancia para quien desee alcanzar una certeza en su investigación, el saber dudar a tiempo.

Uno siempre responde con su vida entera a las preguntas más importantes. Sabio no es el hombre que proporciona las respuestas verdaderas, es el que formula las preguntas verdaderas.

para el investigador no existe alegría comparable a la de un descubrimiento, por pequeño que sea.

Cada día esconde una nueva revelación o un nuevo descubrimiento que se puede obtener de la intuición.

Cuando la curiosidad lleva al malestar:

¡Cuántas cosas estamos a punto de descubrir si la cobardía y la dejadez no entorpecieran nuestra curiosidad!

Hay varias clases de curiosidad; una, interesada, que nos lleva a desear aprender lo que nos puede ser útil; otra orgullosa, nacida del deseo de saber lo que otros ignoran

El primer amor es sólo una pequeña locura y un cúmulo de curiosidades.

Para aprender tiene mayor eficacia la natural curiosidad que no una temerosa coacción.

La curiosidad no es más que vanidad. En la mayoría de los casos, sólo queremos saber algo para hablar de ello.

Lo que se necesita no es la voluntad de creer, sino el deseo de averiguar, que es exactamente lo contrario.

La curiosidad se atreve más contra lo que más se prohíbe.

La desgracia caerá sobre el temerario que desea saber lo que debiera ignorar y acometer lo que excede a sus facultades.

A la curiosidad sólo la frena el miedo, y no sé qué es peor.

Ojos que demasiado ven, ladrillazo que les den. Al fisgón, cuando menos, un trompón.

Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada.

La confianza es el santo grial del espionaje.

Prefiero que mi mente se abra movida por la curiosidad a que se cierre movida por la convicción.

Una curiosidad no se fuerza, se despierta.

El público tiene una curiosidad insaciable por conocer todo, excepto aquello que vale la pena conocer.

El descubrimiento no puede planificarse; la invención no puede programarse

No había preguntas. O había demasiadas, lo que venía a ser lo mismo.

Las frases de este artículo se encuentran distribuidas a lo largo del Oráculo del Alma.

Autor: Adrián Casasnovas ©