Bondad
La bondad es una de las virtudes humanas más excelsas, pues la persona bondadosa es generosa, tiene inclinación por hacer el bien a los demás sin esperar nada a cambio y lo hace con afecto, comprensión y respeto.
La bondad y la justicia son dos hermanas estrechamente unidas. A veces es más fácil ser bueno que ser justo. Sin el sentido de la justicia, la verdadera bondad es muy difícil de alcanzar. Andan siempre unidas la clemencia y la justicia.
En el Mandala de las Emociones la bondad pertenece a la familia de las virtudes.
El buen ejercicio de la virtud nos lleva a la felicidad, el mal ejercicio de la virtud a la pérdida de la felicidad. Esto depende del modo, la ocasión y la duración de la emoción.
Cuando la bondad lleva a la felicidad:
Saber reconocer lo que hay de bueno en los demás nos hace buenos.
Querer llegar a ser bueno es gran parte de la bondad.
Lo que nos mueve a la compasión son las desgracias que nos parecen cercanas.
Ser bueno no consiste en no cometer ninguna falta, sino en saber enmendarse.
El bien que hemos hecho nos da una satisfacción interior, que es una dulce pasión.
Si crees ser bueno, cree primero que eres malo.
Disfrutar de la propia generosidad, del placer de hacer disfrutar a los demás.
La virtud y la generosidad son recompensadas de un modo inescrutable.
La generosidad es un regalo que uno se hace a sí mismo. No hay nada mejor para sentirse bien.
Todos los caminos de bondad conducen a la iluminación y al despertar.
La Virtud reside en lo que das, no en lo que recibes. Por ello, cuando los sabios quieren ser respetados por otros, primero los respetan.
Lo que es hermoso es bueno, y lo que es bueno pronto será también hermoso.
Todas las virtudes están comprendidas en la justicia si eres justo, eres una persona de bien.
Es importante ser bueno, pero más importante es hacer el bien.
El que es bueno, es libre aún cuando sea esclavo; el que es malo, es esclavo aunque sea rey.
La gente buena, si se piensa un poco en ello, ha sido siempre gente alegre.
La felicidad suprema reside en saber que aquellos a quienes amamos son buenos y virtuosos.
Cuando la bondad lleva a la infelicidad:
Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de mofa.
No puede ser bueno por mucho tiempo el que no sabe por qué es bueno.
La gente es buena sólo porque esperan una recompensa.
La codicia trae consigo voluntad determinada de hacer el mal.
La pobreza tiene este problema: incita a cometer malas acciones.
En la vida hace falta tener generosidad, en vez de cultivar el pequeño carácter propio.
A veces la gente es buena sólo porque temen al castigo.
Nunca deberías tener expectativas con respecto a los demás. Simplemente sé bondadoso con ellos.
Es pródigo quien negligentemente dilapida de forma continuada su patrimonio injustificadamente.
Uno ve en los demás el mal que uno mismo lleva dentro.
Hay mucha gente buena, pero es discreta. Los malos, en cambio, hacen mucho ruido.
Los malvados se burlan en público de las personas de bien, y en secreto las respetan y envidian.
Nunca se hace el mal de forma tan completa y entusiasta como cuando se hace por convencimiento religioso.
Cuando la generosidad es una cuestión de vanagloria deja de ser bondad.
Los hombres se equivocan con más frecuencia por demasiado listos que por demasiado buenos.
Quien se ocupa demasiado de hacer el bien no tiene tiempo para ser bueno.
Las frases de este artículo se encuentran distribuidas a lo largo del Oráculo del Alma.
Autor: Adrián Casasnovas ©