accion

Acción

Cuando la intención se hace visible se transforma en acción. Las virtudes del ser son la acción y la producción.

En el alma hay tres fundamentos que son amos de la acción, estos son: la sensación, la emoción y el entendimiento.

El acto más simple del entendimiento es la intuición. Así como la razón es el producto más simple del entendimiento.

En el Mandala de las Emociones la acción pertenece a la familia de las virtudes.

El buen ejercicio de la virtud nos lleva a la felicidad, el mal ejercicio de la virtud a la pérdida de la felicidad. Esto depende del modo, la ocasión y la duración de la emoción.

Cuando la acción lleva a la felicidad:

A veces hago lo que deseo hacer. El resto del tiempo hago lo que debo.

El sabio puede actuar sin esfuerzo y enseñar sin hablar. Nutriendo las cosas sin poseerlas.

Nuestras buenas y nuestras malas acciones nos siguen casi como una sombra.

Actuar es elegir y elegir consiste en conjugar adecuadamente conocimiento, imaginación y decisión en el campo de lo posible.

Reduce tus propósitos y amplia tus acciones.

Nuestras obras nos acompañan todavía desde lejos; y lo que hemos sido, hace que seamos lo que somos.

El verdadero emprendedor no es un soñador, es un hacedor.

Lo que está en nuestro poder hacer, también está en nuestro poder no hacerlo.

Haz el bien a cuantos puedas, y a menudo hallarás rostros que te infundirán alegría.

De la fortuna depende la mitad de nuestras acciones, pero nos deja dirigir la otra mitad o algo menos.

En el juego se obtienen experiencias sociales, las personas aprenden a valorar el alcance de su manera de actuar.

Cuando la acción es pura y desinteresada, todo encaja en su sitio de forma perfecta.

Es uno moralmente bello y virtuoso cuando sólo busca los bienes bellos por sí mismos, y practica las bellas acciones, entendiendo por acciones bellas la virtud y los actos que la virtud inspira.

Si tus acciones inspiran a otros a soñar más, aprender más, hacer más y ser mejores, eres un líder.

La creación no es un suceso, sino un acto.

Las buenas acciones refrescan la sangre y dan sueños felices.

La práctica de la paz y la reconciliación es una de las acciones humanas más esenciales.

Todas las acciones cumplidas sin ostentación y sin testigos son más loables.

La felicidad se consigue cuando ponemos de acuerdo la razón y la emoción con nuestras acciones.

Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil.

Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas.

Cada acción genera una energía que regresa a nosotros de la misma manera. Lo que sembramos es lo que cosechamos.

El valiente no es el que no siente miedo, sino el que a pesar de tenerlo actúa.

El valor de un acto se juzga por su oportunidad.

Los actos similares a los nuestros nos provocan placer.

Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos.

Cuando la acción lleva a la infelicidad:

Todo acto forzoso se vuelve desagradable.

Cuán mezquino fin de las acciones humanas: él mismo.

No sentimos emociones para instalarnos en ellas, sino para actuar de una u otra manera.

Muchas personas tienen ideas, pero pocas deciden hacer algo al respecto.

Quien camina porque no puede estarse quieto con un impulso muy pequeño fija su dirección.

No dejes que lo que no puedes hacer interfiera con lo que puedes hacer.

¡Arriba, haragán! ¡No desperdicies la vida!

No hagas lo que no te gusta que te hagan a ti.

Lo que se hace con precipitación nunca se hace bien.

Cuánto más dolorosas son las consecuencias de la ira que las acciones que la han originado.

Si haces un daño, tarde o temprano éste regresará contra ti.

La gente no busca razones para hacer lo que quiere hacer, busca excusas.

Sólo cuando la mente está libre de creencias puede actuar correctamente.

Los que presumen de sus grandes acciones estas no son con frecuencia efecto de un gran designio.

Se nos incentiva a actuar de manera egocéntrica y materialista.

Las personas son máscaras, las acciones son juegos de enmascarados.

Las frases de este artículo se encuentran distribuidas a lo largo del Oráculo del Alma.

Autor: Adrián Casasnovas ©