En el mandala de las emociones la astucia pertenece a la familia de las pasiones. La astucia y el esfuerzo son dos hermanos con caminos antagónicos; la astucia evita el trabajo, el esfuerzo, lo fomenta. La contracara de la astucia es el apego. En este caso el apego se origina por una astucia que se debilita y cae en la dependencia.

Tener astucia significa tener sagacidad, sutileza, habilidad para engañar o evitar el engaño para lograr un fin de manera artificiosa. La astucia se refiere también a la sagacidad: la capacidad y habilidad para comprender o resolver una situación compleja.

Los mitos griegos nos cuentan que para dominar todas las artes era fundamental el control del fuego. Para la entrega de este don, el más importante de todos, Prometeo (el que piensa con anticipación) robó el fuego del Olimpo, lo que enfureció a Zeus, quien, para vengarse, le envió a Pandora, con una caja conteniendo todos los males

Las emociones se expresan equilibradamente o desequibradamente. Esto depende del modo, la ocasión y la duración de la emoción. La astucia cuando es equilibrada lleva al éxito, pero, cuando es excesiva o deficiente, lleva al fracaso.

No falta razón para decir que aquel que no se siente bastante seguro de su memoria no ha de meterse a mentiroso.

Nunca somos tan fácilmente engañados como cuando pensamos engañar a otros.

Se puede ser más astuto que otro, pero no más astuto que todos los demás.

Tan fácil es engañarse a sí mismo sin darse cuenta, como difícil engañar a los otros sin que se den cuenta.

Quien recibe lo que no puede pagar, engaña.

Donde no hay más que, una mañosa astucia, necesariamente hay mezquindad.

Si me engañas una vez, es tu culpa. Pero si me engañas dos, es la mía.

Muchos han comerciado con ilusiones y falsos milagros, engañando a la estúpida multitud.

Sacrificarse o renunciar es un problema de astucia.

Somos fácilmente engañados por aquellos a quienes amamos.

Por astucia las cosas que más deseamos hacemos como que no nos importan.

No es oro todo lo que reluce.

Nada nos engaña tanto como nuestro propio juicio.

Mala y engañosa ciencia, es juzgar por las apariencias.

Aunque la hipocresía suele andar lista, a largo andar se le cae la máscara y queda sin el alcanzado premio.

Quien estafa se entusiasma demasiado.

Ten el valor de la astucia que frena la cólera y espera el momento propio para desencadenarla.

Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez.

"Muchos pasan por alto los lugares accesibles y escudriñan los recónditos e impenetrables. Al ladrón le atraen los objetos bien guardados.

En el contacto con las cosas, el corazón se enreda y lucha: prudencia, astucia, calma.

¿Qué es la magia? Un engaño enfocado. Pero el engaño destinado a entretener.

Cualquier persona que tiene una sonrisa perpetua en el rostro, oculta una rudeza que asusta.

Todos los aduladores son mercenarios, y las personas de bajo espíritu son aduladoras.

Confiar en técnicas secretas no te llevará a ninguna parte.

Es curioso cómo los hombres muchas veces sólo ven lo que han decidido ver y no lo que hay realmente ante ellos.

De humanos es el engañarse y de locos persistir en el error.

Ten el valor de la astucia que frena la cólera y espera el momento propio para desencadenarla

Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez.

La autoridad debe hacer uso del hombre y de la bestia: astuto como un zorro para evadir las trampas y fuerte como león para espantar a los lobos.

La mejor estrategia se apoya en un conjunto ilimitado de respuestas.

La esencia del arte de la paz es limpiar tu ser de malicia, armonizar con tu ambiente y despejar tu sendero de todos los obstáculos y barreras.

Alguien astuto, hasta de los males saca buen fruto.

La sagacidad es la capacidad de previsión, astucia y prudencia.

Mejor puede usar de sus apetitos el que mejor los puede encubrir.